jueves, octubre 19, 2006

Recuerdos delicados

Es jueves, estoy sentado en mi despacho, enciendo un pitillo (fea costumbre que sé que tendré que dejar) y me pongo a trabajar, de fondo oigo la radio y en mi programa favorito de las mañanas, "El món a RAC1", el distinguido lingüista Ramon Solsona comenta "la paraula del dia"...
Delikatessen, hoy toca la palabra delikatessen (plural del alemán “delikatesse” y a su vez del francés “délicatesse”) y a mi mente vienen recuerdos de tantos y tantos años en busca del placer momentáneo a través de ellas (de las delikatessen también).

Que bonita palabra y que gran concepto trae consigo. No obstante, me parece interesante hacer un repaso de las definiciones que aparecen en los diferentes diccionarios, para ver cómo conciben las diferentes culturas su uso y disfrute.

El diccionario de la Real Academia Española define la palabra delicatessen con un escueto “alimentos selectos”, creo que es claramente insuficiente y no refleja todo su contenido, una délicatesse es mucho más que un alimento selecto. Extraña tacañería en la definición viniendo de un país con una cocina tan rica en delicadezas.

Bastante pintoresca es la definición que ofrece el “Cambridge Advanced Learner’s Dictionary”, a small shop that sells high quality foods, such as types of cheese and cold cooked meat, which often come from other countries. (Una pequeña tienda que vende comidas de alta calidad tales como tipos de queso y fiambres que a menudo vienen de otros paises). O sea que los ingleses no tienen el concepto delicatessen-producto en sí y sólo se centran en la tienda que las vende. Por otro lado no tienen demasiada confianza en sus delicadezas culinarias ya que apuntan que a menudo vienen de otros países, cosa totalmente cierta en tierras inglesas, ya que si bien su cocina tradicional es muy rica, su afición por los “fish & chips” de los medianos ha nublado su mente y ha anulado su lista de delicadezas.

El diccionario del “Institut d’Estudis Catalans” no contiene ninguna entrada de la palabra como tal, pero en la definición de “delicadesa” aparece un concepto interesante “pl. Coses delicades. Menjars exquisits, bons vins i altres delicadeses”. Introducimos el concepto de exquisitez y lo juntamos con los buenos vinos, aunque también es extraño que en un país tan rico en delicadezas y con un índice de estrellas michelín de los más altos del mundo como Catalunya no tenga en su vocabulario ninguna palabra que defina las delicatessen.

Los alemanes, siempre tan regios, no se quedan atrás en cuanto a tacañería gramatical y su diccionario arroja una curiosa definición:”festes Nahrungsmittel”. Traducir textualmente de una lengua germánica siempre conlleva cierto peligro pero este caso se lleva la palma. La traducción literal sería “Comida firme”, aunque el concepto es más bien “buena comida”. No hace falta comentar que también es claramente insuficiente.

Larga sería la lista de idiomas en los que buscar y rebuscar y larga sería también la lista de decepciones. La falta de una definición satisfactoria en los diccionarios oficiales nos hace pensar que en realidad, la délicatesse, la delicadeza, es mucho más que una palabra, es un concepto, una evocación de las sensaciones y una exaltación de los sentidos, por este orden vista, olor, tacto (textura), sabor y...oído, porque a veces, muy pocas veces, mientras te entregas a una de esas pequeñas delicadezas te parece que se ha hecho el silencio a tu alrededor y crees oír una musiquilla celestial que completa el círculo virtuoso de las delicadezas...
Todos los sentidos concentrados en ese instante, en esos escasos segundos que pasan desde que te la presentan hasta que le haces los honores, desde que la miras hasta que la tragas, un placer efímero pero totalmente necesario y altamente recomendable.

La délicatesse, además, tiene la gran ventaja de ser transversal, a diferencia de la alta cocina en la que se necesita tener un cierto poder adquisitivo para poder disfrutarla. Si quieres visitar un restaurante “estrellado” has de prever una cuenta, bien merecida, de un mínimo 120€/pers. En cambio para disfrutar de algunas delicadezas de todo el mundo no hace falta pagar grandes sumas, considero que pertenecen al mundo de las delicadezas tanto una cucharadita de caviar iraní como una humilde catània catalana.

Un conocido cocinero mediático dice que comer bien es el mejor placer que existe con los pantalones puestos, yo añadiría que para gozar en el mundo de la délicatesse no hace falta ni llevar pantalones.

Queridos amigos, no dejéis de buscar e investigar en ese maravilloso mundo.

Merovingius

2 comentarios:

Pableras dijo...

Estimado Merovingius,

Cuan fina es su pluma. Su prosa generosa, hábil y ligera es un regalo para nosotros, sus ávidos lectores y sus reflexiones inteligentes y siempre "en su punto" son de digestión fácil.
Me honra compartir este pequeño pedazo de ciberespacio con un cronista de las sensaciones como usted. Además que ha dado de pleno con lo que a este blog le gustaría ser.
Un espacio de reflexión y opinión sobre la fisiología del gusto.

Gracias.

Anónimo dijo...

acertado todo el comentario excepto lo de que cataluña es un pais. no todos los catalanes ( la mayoría) pensamos eso.
salud!