jueves, febrero 15, 2007

Fujitsu F703i

Hacía tiempo que no actualizaba el blog y las críticas habían empezado a hacer mella.

Estamos elaborando una serie de Posts muy interesantes sobre algunas experiencias gastrónomicas fruto de nuestro afán turístico y también fruto de nuestros avatares profesionales (Alguien dijo:"Hay que ver , cuantas langostas tengo que comer para llevar un plato de lentejas a casa"). Igualmente Merovingius esta en negociaciones para incorporar a la redacción un nuevo Cronista del gusto, a ver si las negociaciones llegan a buen puerto y podemos contar con las frescas aportaciones de la fina pluma de este nuevo compañero de viaje.

Cada semana tenemos intención de comertar una excentricidad gadgetera relacionada con el mundo de la gastronomía. Esta vez, por amor patrio presento el Fujitsu F703i. Se trata del primer teléfono móvil resistente al agua, puede estar sumergido 30 minutos a una profundidad máxima de 1m.

Unas imagenes en la siguientes referencias:
http://www.itechnews.net/2007/01/16/nttdocomo-fujitsu-f703i-waterproof-phone
http://www.tecnosquad.com/fujitsu-f703i-resistente-al-agua-y-delgado/

¿Qué tiene que ver el teléfono con este blog?
- Ideal en las grandes peceras de las marisquerías ya que sin temor puedes asomarte a elegir víctima mientras (sin tu darte cuenta) tu móvil se desliza desde en bolsillo de la camisa al fondo del acuario.
- Ideal mientras cocinas pasta y al asomarte a la olla de los raviolis...el móvil decide suicidarse en agua hirviendo, rollo jitín -broma para muy iniciados-.
- Si por lo que sea, el teléfono acaba en la cubitera el Champagne...

jueves, diciembre 14, 2006

Embajadores del Gusto

Quizás una pausa comunicativa corta para algunos, lo sentimos, o larga para casi todos pero aqui estamos de nuevo con un nuevo tema que merecía un comentario.

El pasado Domingo en la tele vimos un reportaje titulado "Embaixadors del Gust" (Embajadores del Gusto, para mis lectores carpetovetónicos). Básicamente condensaba en una especie de publireportaje de treinta minutos una experiencia vital acontecida en los Estados Unidos: el archiconocido "World of Flavours" (Mundo de los sabores, otra gentileza para mis lectores Celtibéricos) y las andanzas de algunos de los mejores Cocineros de la piel de toro.

Para que nadie se aburra resumiremos el resumen; un grupo denominado GSR PRODUCCIONES DE GASTRONOMIA fleta unos aviones, los llena de cacharros y cocineros y los envía a California. "World of Flavours" esta vez estaba dedicado a un país y no a un producto; el país era España. Cuanto ha costado eso? Nidea.

Algunos de estos maestros eran, según se intente clasificar lo que hacen, pertenecientes a la nueva ola: Ferran Adrià, Joan Roca, Dani García, Andoni Luis Aduriz, Nandu Jubany, Carles Gaig, Carles Abellan, Oriol Balaguer, Francis Paniego, Manolo de la Osa, Pedro Morán y otros que podríamos denominar "tradicionalistas": Miguel Palomo, Cándido López y Rafael Vidal.

No perderemos el tiempo explicando que un señor envasaba cosas en bolsas de plástico al vacío y luego las metía en nitrógeno líquido para cocinarlas o que otro utilizaba algar para "esferificar" gotas de melón y producir caviar de melón o que intentaba enseñar a su público que es la "esferificación inversa".
Ahora bien: No nos enseñaron a Nando Jubany y Carles Gaig explicando como hacer "canalons", no vaya a ser que la audiencia nos castigue...o ver a Oriol Balagué haciendo algún postre (Post a parte merece, la estupenda gestión de su pasteleria donde si reservas una mona de pascua y dices que la pagas cuando la vengas a recoger luego no se acuerdan si la has pagado y te la regalan...supongo que facturar 6k euros por un pastel de boda es lo que tiene).

Prefiero quedarme con algunos de los detalles como que parte importante del reportaje era monotema Ferran Adrià, un señor que cuando habla no se le entiende de-na-da , un señor que cada día se parece más a su caricatura del programa Polònia, paseando por un mercado y metiendo sus apendices olfativos en la comida de un mercado local dándose un baño de multitudes a base de marujas y tenderos pelotas.

En un momento del reportaje, en ágape post-clausura donde los cochinillos de cándido volaban desde la cocina como si fuera McDonalds, tube una visión fastasmagórica: En una especie de bandeja de comida de colegio estaban preparados para servir unos canalones, el camarero servia como una moto canalones y tras ponerlos en un PLATO DE PLASTICO les derramaba la salsa de trufa por encima.
¿Se merecía Tom Bombadil tal ultraje?¿No tienen los americanos vajillas?¿Y si la salsa estaba fría?¿Y si los canalones estában frios?¿Y si...?

Los cochinillos volantes de Cándido me preocupan poco, pero los canalones de Gaig no merecen ese final.

En otro orden de cosas, faltaba Carme Ruscalleda i Santa María. Seguramente Ruscalleda tendría sus motivos que atribuyo yo a la ausencia de las materias primas que ella selecciona cuidadosamente en su entorno que conoce a la perfección. Seguramente los organizadores no se vieron capacitados para traducir a esa ardilla de las explicaciones que es Carme Ruscalleda.

Cuando volvamos a Gaig pediremos las pertinentes explicaciones.

En otro orden de cosas, he leido en internet que los sitios que incluyen las palabras "Hristo Mejide" o "Cristo Mejide" experimentan notables aumentos de tráfico. Pues aqui están y espero que todos aquellos que sean conducidos a esta humilde página, tengan un tiempo de visita superior a cero segundos.

miércoles, noviembre 22, 2006

Sobre Michelín 2007

Somos una sociedad amante de las estadísticas y las clasificaciones.

El mundo de la cocina no se queda al margen de este fonómeno y su máxima representación clasificatoria la representan Las tres estrellas de la buena cocina. Máximo galardón que anualmente concede La guía roja Michelín.
Los amantes de la buena mesa, aficionados o profesionales, cada año esperan las orientaciones gastronómicas que ofrece la guía roja Michelín. Sus valoraciones llenan de estrellas el firmamento culinario, pero las que brillan sobre las demás son: las tres estrellas michelin que son concedidas a los mejores restaurantes. Las codiciadas tres estrellas sólo alcanzan a unos pocos elegidos. Las dos estrellas corresponden a una “mesa excelente, con especialidades y vinos selectos”. Con una estrella, “muy buena mesa en su categoría”.

No vamos a hablar de las 6 estrellas de Santa María y su Párvulo EVO con una estrella, ni nada de eso...

Esta guia tiene sus devotos quienes encauzados por su capacidad económica siguen la estela de los astros que mas brillen. No hay que tomarla no como la biblia de las guias sino como una referencia literaria más a tener en cuenta, por supuesto, pero en ningún caso hacerla referente de lo que representa la gastronomía.
La selección de establecimientos se realiza de manera voluntaria y según dicen objetiva, remarcando sus responsables que las valoraciones en sus apuntes terrenales se fijarán por el contenido del plato, la calidad de los productos frescos, la creatividad de las recetas o la mezcla de los sabores que presenta la elaboración.
Estos criterios son los que pongo en tela de juicio. No los inhabilito pues parecen sensatos y seguramente sería lo que yo valoraría en un candidato, pero lo más subjetivo de los mismos para mí es saber que lleva a un inspector a valorar tal sitio y no otro.
Pero sin duda se echan en falta otras valoraciones fundamentales para poder calificar un establecimiento de estelar. Tradición profesional y familiar (eludir modas pasajeras carentes de fondo sustancioso) es uno de ellos. Aquí encaja nuestro monotema : Gaig. ¿Por qué Tom bombadil sólo cuenta con una estrella?
Existe una corriente de opinión que desacredita los galardones y su concesión. Pero fijémonos que en términos generales nadie desautoriza la guia, al revés hay quienes vemos en esta guia un documento de filtrado de locales muy interesante. No voy a recordar nuestro disgusto en la Taverna del Mar de S’agaró ( a un precio similar a algunos de los lugares mentados en la guía ) donde fuimos tratados con somero mal gusto. Si hubieramos tirado de guía no nos hubira pasado nada de lo que en este blog se relata. Tampoco hubieramos llorado de risa en esa cena, seguramente.

Nosotros como consumidores y en casos como el mío, de gran enamorado de la gastronomía, tenemos la obligación de saber elegir nuestros propios criterios de selección como clientes. Parecer no es lo mismo que ser, y ante esto son incontables las personas que llevan ejerciendo su labor profesional durante años, en silencio, con un profuso amor por la materia y que jamás serán así lauredos. Hay que esforzarse en ir quitando máscaras, reconocer y difundir aquellas gentes y lugares que, por su entrega y cariño sincero y sin trampas, hacen del comer un placer vigente y un hermoso recuerdo perdurable en la memoria.