jueves, septiembre 21, 2006

Operation DREADFUL PAELLA

Con este sencillo pero emotivo Post queda inaugurada la búsqueda y clasificación de la peor paella. Hoy jueves el restaurante evaluado ha sido el RESTAURANTE EL CANO de Cornellà del llobregat (Barcelona).

Primero una nota rápida sobre porque nos ubicamos en Cornellà o Cornelius como le bautizamos nada más llegar por aquí, como emplazamiento gastronómico.
¿Por qué Cornella? Pues porque es la localidad donde se encuentra deslocalizada mi empresa desde principios de año y es aquí donde no nos queda mas remedio que perpetrar nuestros intentos de ir a comer.
A pesar de lo dicho en algunos sitios no se come del todo mal si luego tienes que ir a encofrar alguna obra de las muchas oficinas y hoteles que se están construyendo por aquí o levantar algunos tabiques durante la tarde.
Si tu trabajo es de despacho platos como la “panceta con huevos fritos y patatas del abuelo Alfonso” (presente en la carta durante todo el verano) o los “semper fidelis” callos a la madrileña (otro clásico entre los numerosos locales de la zona) no te sientan muy bien, sobretodo si tienes reunión por la tarde.

Volvamos a la Paella. La paella de hoy ha sido de las primeras en salir de la cocina, detalle interesante porque cuando llegas a las tantas y han reutilizado los recipientes varias veces la cosa no suele estar muy buena que digamos, y ha sido plato único. De lo que consideramos los ingredientes básicos podemos decir que estaban casi todos presentes: arroz (obviamente), verduras, legumbres y hortalizas (guisantes, judias, pimiento) y alguno sin identificar cuyas trazas indicaban presencia pero no se podían ver a simple vista (pimentón). Dentro de la categoría de complementos se ha podido encontrar: carne magra, langostinos, calamares y mejillones. Sin rastro de pollo o conejo o caracoles. El uso de colorante amarillo era evidente a pesar de que el color amarillo pálido del plato indicaba claramente que el orden de elaboración no ha sido el correcto ya que este se encontraba bastante debilitado en su intensidad. No es que desde estas líneas se defienda el uso de colorante amarillo, ni muerto lo que pasa es que depende del momento de la inclusión el efecto es uno u otro.

En relación al tipo de ingredientes podemos clasificar este arroz como: paella mixta.

El arroz era de tipo normal y se encontraba un poco crudo. Le faltaban para mi gusto unos minutos más. La textura del plato era uniforme tendiendo a argamásica, tras realizar la primera cata en estado natural (tal y como la traen) la primera sensación ha sido de correcta desaprobación ya que a pesar de estar un pelín crudo el arroz este había reposado y el plato no presentaba el típico jugo arrocero que a algunos puristas del arroz molesta. Cuando como recomienda Brillat el olfato ha interactuado con el gusto completando los aromas del plato, se ha acabado de confirmar el peor de los temores: la paella estaba sosa.
Tras corregir de sal el plato, y queriéndole dar unos minutos más de reposo en plato hemos procedido con precisión a dar cuenta en primer lugar de los complementos que en su medida clasifican al arroz de mixto, curiosamente la calidad de los complementos era muy elevada.
Con las cáscaras y huesos en el plato, hemos tenido que pedir un platillo para hacer de recolector de basura.
La ingesta ha sido lenta y sosegada, ya que la conversación era interesante y ya al final hemos utilizado el limón para desengrasar los últimos suspiros del plato.
Comentar que esta vez no hemos realizado el test Echanove, básicamente porque me he olvidado pero en la siguiente lo haremos ya que es clave para puntuar una paella.

En definitiva, al final una parte del plato se ha quedado en el ídem ya que la sensación de plenitud nos ha sobrevenido antes de poder acabar. Tampoco había muchas ganas. La puntuación final de esta paella es de 55/100 puntos en la escala Ginis. La puntuación puede variar dependiendo de cómo sienta la paella durante la tarde.

Un saludo, y a ver quien se anima no a probar esta sino a comentar su experiencia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien por su valentía a la hora de iniciar la operación paella infinita(/mente mala). Le apunto la posibilidad de iniciar otras campañas tales como "Tortilla estilo mazapán", "Los Buñuelos de Paella del Jueves" (servidos el viernes, naturalmente), "los canelones de cocido" o "las croquetas de canelones de cocido". Misiones, por otro lado, mucho más peligrosas que "Dreadful Paella", ya que los ingredientes pueden agrederle desde el más absoluto de los anonimatos, haciendo un ataque en plan guerrilla disimulados entre la pastosa multitud.

Sin más particular, reciba un cordial saludo.

Merovingius.

Lalo dijo...

En calidad de corresponsal en Pittsburgh de este blog, me veo en la obligación de perseguir los peores platos (a veces, literalmente) de la cocina estadounidense, y descubrir cuán infames son las buffalo wings o los italian hoagies de los principales bares, restaurantes y factorías cementeras en Pittsburgh.

Lalo

Anónimo dijo...

La verdad, el solo hecho de que hubiera carne magra, mejillones y langostinos incapacita a cualquier ser humano para poder calificar este guiso de arroz.
¡Qué más da que estuviera crudo, soso o amarillo pálido!
Si a semejante atrocidad se le concede un 55 sobre 100 no quiero ni siquiera imaginar qué condumio puede superarlo. ¿Quizá unas anchoitas en salazón con confitura de tomate?